lunes, 17 de octubre de 2011

ASOCIACIONES VEGETALES DE URUGUAY.

LAS PRADERAS Y SU POTENCIAL GANADERO.

Uruguay se encuentra en la bioregión Pampa, que incluye también los territorios argentinos de las regiones de Mesopotamia (Entre Ríos, Corrientes), la Pampa Húmeda (Buenos Aires) y el sector de la Pampa Seca, así como del sur de Brasil.

Las condiciones climáticas sin grandes extremos térmicos y con precipitaciones abundantes, sumado a los buenos suelos han dado como resultado un paisaje dominante de praderas.

La comunidad de la pradera incluye desde organismos muy simples hasta muy complejos, como mamíferos y plantas superiores. En la vegetación de la pradera en Uruguay hay gran variedad de especies, aproximadamente unas 2000.

Perola pradera no solo es rica en vegetales sino que actúa en la fijación de carbono y de la energía disponible en el sistema biótico, sino también esa riqueza se manifiesta en la fauna herbívora y carnívora.

La diversidad de suelos y condiciones ambientales en nuestro país determinan que la pradera presente diferentes características en lo que se refiere a la productividad, diversidad y estabilidad de este ecosistema.

La pradera proporciona la principal fuente de alimentación del ganado en Uruguay y por lo tanto se constituye en uno de los pilares del desarrollo de la actividad ganadera, que ocupa un 83% de la superficie del país y brinda los principales rubros de exportación.

Pero también la pradera brinda otros beneficios como: ayuda a mantener a biodiversidad vegetal y animal; regula la cantidad de dióxido de carbono y otros gases atmosféricos; controla el intercambio de energía entre el suelo y la atmósfera, regulando el clima y actuando sobre el ciclo del agua; disminuye la degradación del suelo por erosión del suelo.

Este paisaje esta en continua transformación a causa fundamentalmente de los cambios que introduce la sociedad al utilizar los recursos naturales para satisfacer sus necesidades.

El pastoreo del ganado genera  cambios en la abundancia, composición, estructura vertical y cobertura de as especies vegetales. La magnitud de las transformaciones depende del conjunto de variables, no solo incide la historia del uso del recurso y el manejo que se realice del campo sino también factores climáticos y edafológicos.





EL MONTE INDÍGENA.

Se desarrolla en forma natural o espontánea en el territorio nacional. Hasta el presente se han reconocido e identificado  unas 200 especies de árboles o arbustos. Ocupa unos 5900 km2 (3,5% del territorio) es la segunda comunidad más extendida.

Hasta la década de 1980 sufrió una tala indiscriminada. Recién en 1987 entró en vigencia la Ley forestal que contribuyó a disminuir la presión sobre el monte indígena.

La importancia consiste en los bienes que aportan, protege el suelo y es el hábitat de muchas especies de animales, es el ámbito de actividades recreativas y regula el ciclo hidrológico.

Podemos encontrar, según los ambientes geográficos variantes:

 1- Monte ribereño:

Comunidad vegetal densa de árboles o arbustos que crecen en las márgenes de los cursos fluviales. Las diferentes especies de árboles y arbustos se agrupan conformando varios estratos.

2- Monte serrano:

Vegetación arbórea y arbustiva que crece en las serranías o cerros aislados. Predominan arboles de bajo porte y espinosos además de helechos y culandrillos. Se le suma además los matorrales serranos, chircal, espina de la cruz, molle rastrero, romerillo y tunas.

Su explotación ha provocado  serios problemas al ecosistema, pues regula el régimen hídrico  de los cursos fluviales.

3- Vegetación de parque:

Compuesto de árboles de copa abierta y distanciados entre si, que permiten el crecimiento de vegetación herbácea.

Según el ambiente en donde se desarrolla podemos reconocer variedades:

a) Litoral de río Uruguay: espinillos, algarrobos, y ñandubays. Ha sufrido una intensa explotación para obtención de leñas y durmientes para vía férrea.

b) Centro, sur y sureste: tala, coronilla y ombúes. Al sur se reconoce el talar en franco retroceso ya que esta fue la primera zona en poblarse y el área agrícola por excelencia. El parque de coronilla esta en el centro sur, y ha sufrido un grave impacto por su utilización como combustible. Los ombúes se desarrollan en la laguna de Castillos, Arequita, desembocadura del río San Salvador en el Uruguay. Esta especie necesita suelos profundos y fértiles por lo que compite con la producción agrícola, generando su remoción e impidiendo su regeneración.

4- Los palmares:

Los agrupamientos reconocen dos especies principales; la butiá (Rocha) y la yatáy (litoral del río Uruguay). ocupan 710 km2.

La actual explotación de los campos, ya sea por la cria de ganado, o por la extensión del área arrocera en el este ha determinado un retroceso importante de estas comunidades vegetales. La conservación de estos palmares se impione como una necesidad ambiental.



LA VEGETACIÓN COSTERA DEL ARENAL.

Hierbas y arbustos dispersos y adaptados al suelo arenoso, con poca retención de agua y fuerte calentamiento.

La forestación con pinos y eucaliptus ha determinado cambios en el paisaje impactando en casos de forma negativa, generando la erosión del suelo.



VEGETACIÓN DE HUMEDALES.

Son áreas bajas, plana y escasa pendiente, con suelos arcillosos. El agua de lluvia se acumula, encontrándose al ras de la superficie todo el año.

Los principales se encuentran al este del país.

Es un ecosistema variado, asociándose especies flotantes, juncales, totorales, pajonal, cola de zorro.

 Los humedales del este están siendo afectados por la expansión del cultivo de arroz, las canalizaciones y los agroquímicos.






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